martes, 30 de septiembre de 2008

Una anécdota triste




En una plaza había dos nenas, de unos 7 años, jugando.
Mientras se hamacaban, una le pregunta a la otra: si pudieras pedir un deseo, ¿qué pedirías?
Y la otra le responde: poder comer todas las golosinas que quiera, sin engordar.


(esta anécdota me la contó espontáneamente Florencia Fuentes, después de haber leído nuestro blog. Una amiga de ella fue quien escuchó este diálogo en la plaza).

Nos deja pensando, ¿no?


Pía
(ilustración: La-jeune-fille-sur-la-balançoire, de François Bonelle)

domingo, 28 de septiembre de 2008

sobre pi, vero y vane

Vero y Pía se hicieron amigas cuando eran niñas y vivían en Bariloche.

Compartían la misma pasión por el arte. Vero se hizo fotógrafa y Pía directora de cine, y ambas se hicieron mejores amigas. Crecieron y se fueron a vivir solas, se mudaron juntas a un departamento muy bonito en Capital Federal.
Vero practica yôga, fabrica cuadernos y los marcos de sus cuadros, escribe, pinta y cocina deliciosos platos vegetarianos. Pía canta y toca guitarra arriba de los árboles con su novio Eze, estudia música en el conservatorio y trabaja como loca en cine, publicidad y en sus propios proyectos.

Vanessa las conoció en la escuela de cine donde estudiaba para ser guionista. Vane es actriz y escribe desde niña. Hay cientos de cuadernos, hojas y hasta servilletas escritos por ella guardados en cajas, cajones y estantes. Dice que escribir la ayudó a rehabilitarse de su anorexia y bulimia. Pía confiesa que en algún momento de su adolescencia también tuvo síntomas de la enfermedad y Vero se concentra en oir su voz para no perderla entre tantas voces que te dicen cómo debes ser y actuar.

Es increíble cómo esta enfermedad se propaga cada vez más. Los humanos enfermamos y también tenemos el poder de sanarnos y ayudar a sanar. Estas 3 chicas unieron fuerzas y junto a un equipo de profesionales en comunicaciones crearon ABmenos, una campaña de prevención contra la anorexia y bulimia que entre otras acciones como cortometrajes y talleres preventivos, usará este blog como medio para lograr el super objetivo: que haya menos anorexia y bulimia.


viernes, 26 de septiembre de 2008

¿Por qué te enfermas de anorexia o bulimia?

Cuando me preguntaban porqué me enfermé, no sabía que contestar y eso me angustiaba, sabía qué cosas me habían dañado, pero todos los seres humanos sufren daños y no por eso se enferman de anorexia o bulimia. ¿Por qué entonces me enfermé yo? ¿Qué tenemos en común los que padecemos esta enfermedad? Yo creía que solo la sufrían modelos o actrices por la presión de la imagen, pero cuando llegué a la clínica había pacientes con anorexia y bulimia que eran médicos, psicólogos, amas de casa, profesoras de niños, policías y hasta líderes políticos, nada que ver conmigo y mi mundo del espectáculo, entonces ¿qué nos unía? Cuando los fui conociendo me di cuenta que teníamos actitudes y conductas similares como baja autoestima, hiper exigencia, miedo a enfrentar la vida….etc
Investigué más y encontré una página estupenda http://www.anaymia.com/ les sugiero que la lean, hay información valiosa y útil, la página es parte de una campaña contra la anorexia y bulimia hecha por la fundación Protégeles de España http://www.protegeles.com/ . Allí explican, entre otras cosas, que la enfermedad es una combinación de 3 factores

a) Factores predisponentes: tiene que ver con lo genético. En una familia lo común es que existan más de un miembro con la enfermedad.
b) Factores detonantes: un entorno familiar inestable, cambios físicos como en la pubertad, baja autoestima, sobre exigencia, dietas rigurosas, excesivo ejercicio físico, trastornos emocionales, insatisfacción personal, situaciones estresantes
c) Factores perpetuantes: presión social, aislamiento social

Cada persona debe buscar su por qué. Descubrir por qué nos enfermamos es un viaje de aventuras más apasionante que el señor de los anillos, hay que sumergirnos en un océano oscuro lleno de monstruos.
Descubrir para qué nos enfermamos es el tesoro que nos regala la vida, por haber sido valientes en convertirnos en mariposas y dejar de ser orugas. Es nuestra misión.

Vanessa

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Perpectiva antropológica de la enfermedad

Por: Andrea Naranjo – antropóloga

Como dije anteriormente creo que
“La Anorexia y bulimia unos feos, frígidos, amargados asexuales inventos, digeridos y expulsados por el sistema económico social de apariencias espectaculares y "aceptaciones" etnoconsumistas, donde la imagen es todo.”

Según los estudios la anorexia y bulimia estos Transtornos de Conducta Alimentaria se dan en las sociedades del primer mundo y dentro de éste en la clase alta, como apunta la socióloga española Pilar Cisneros Britto[1]:
“El modelo de mujer delgada se desplaza en el tiempo y en el espacio siguiendo el ritmo del desarrollo económico. Va de los países más desarrollados a los menos desarrollados. Aparece primero en las jóvenes de clase alta, para pasar posteriormente al gran público, probablemente de la mano de los modelos de estas clases, difundidos por los mass-media (…)En las épocas históricas donde la obtención de alimentos era privilegio de las clases dominantes, la ostentación de peso, de gordura era un símbolo de status, de condición social privilegiada. Cuando el consumo de alimentos se hace accesible al gran público, un nuevo elemento de distinción y de status viene a sustituirle.”
Pero en un mundo globalizado como el de hoy, en un continente como el nuestro, la publicidad y los mass media juegan un papel importante en estos Trastornos Alimenticios pues “venden un estilo de vida “feliz”, un discurso efímero y volátil de los objetos con fines mercantiles, colocándose en el umbral de las apariencias y de las máscaras sociales[2] que moldean nuestras mentes, cuerpos, deseos, sentimientos y aspiraciones según las necesidades espectaculares del Mercado, convirtiendo a los sujetos en publicidades ambulantes, en reproducciones de reproducciones de lo que deberíamos ser. El sistema económico contemporáneo es homogeneizante y consumista por lo que nos convierte en compradores de posturas, identidades y tecnología funcional.[3] La publicidad da un espectáculo efímero y en eterna reproducción que mediatiza las relaciones sociales, siendo todo lo vivido directamente apartado en una representación, en una relación social entre personas mediatizada por imágenes[4] que utilizan prototipos sociales étnicos, culturales y de género que dentro de nuestro contexto social, el peruano/latinoamericano, se torna en el modelo presente de la vida económica socialmente dominante, así como la afirmación de una elección ya hecha en la producción de los objetos a consumir[5], no importando si económica o étnicamente, dichos objetos son opuestos a nuestras identidades reales.
Los consumidores no se reconocen incluidos dentro del modelo que se ofrece en el mercado y que construyen sus identidades a partir de estos estereotipos; no solo en cuestión de lo que debería ser lo masculino y lo femenino, sino a qué apariencia étnica y a qué estrato social debería acercarse su identidad, es ahí que la anorexia y la bulimia se convierten en “posibilidades” de concretar el sueño de poder verse reflejados en las imágenes publicitarias, lo que además cabe resaltar no es un hecho consciente.
Asimismo frente a un mundo completamente mediatizado, surge una gran insatisfacción frente a no poder plasmar en nuestros cuerpos y vidas los estereotipos de perfección que señalamos más arriba lo cual se ahonda en la crisis adolescencia para luego volverse permanente. Hay una obsesión por la perfección, por ser el mejor, el más diferente y el más bello, según ciertos cánones de belleza que no precisamente compartidos por todas las culturas, pero que se supone “son los correctos”.
Cuando no se encaja físicamente en los estereotipos de belleza, entonces se pasa a la lógica del consumo, de conseguir artificialmente lo que no se tiene “naturalmente”( y esto va entrecomillado pues siempre hay que tener en cuenta que nos dan un concepto de belleza completamente pre fabricado.
Otros factores influyen en cada persona: las personas que han sufrido abusos sexuales infantiles, o maltratos físicos, las personas tímidas y sensibles que tiene una inteligencia muy desarrollada y tienden al perfeccionismo inculcado por el mundo de hoy, pueden ser presa de la anorexia y bulimia pues al no concretar sus metas se siente feas, no aceptadas, un fracaso.
Con esto no estoy tratando de tener un discurso antisistema ni alternativo respecto a estos Trastornos alimenticios ni mucho menos, es una realidad en la que desgraciadamente hay que vivir. La vida es mucho más que una imagen que encubra lo que no nos hace feliz.

[1] Una perspectiva sociológica de la anorexia y la bulimia
[2] Colón Zayas , Eliseo Publicidad, modernidad y hegemonía Universidad de Puerto Rico 1996
[3] Naranjo Andrea, 2006 Construcción de identidades de género a través de la publicidad: El caso de Saga Falabella y Ripley http://www.sindominio.net/~luna_antagonica/
[4] Debord Guy La sociedad del espectáculo Pre-textos Valencia, 1999
[5] Ibíd.



Andrea Naranjo

Blog Luna antagónica http://andreanaranjo.wordpress.com/

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Espejito, espejito...

Una de las primeras cosas que me llamó la atención al volver, era que después de años de no ver a mis amigas y familia casi instantáneamente después del hola, era.. “¿estás más flaca?”. Me sentía desorientada. ¿Era una manera de saludarse?. Nunca sabía muy bien qué contestar, si sonreir o dar explicaciones… ¿era bueno estar más flaca? ¿era importante?. Me sentía incómoda. Después poco a poco, aunque nunca me terminé de sentir a gusto fui aceptando como normal ser “chequeada” cada vez que me encontraba con alguien. Y empecé a asumir que definitivamente cuando alguien te decía que estabas más flaca era casi sinónimo de que estabas mejor, “mas linda”, algo así como un piropo encubierto. Asique ya sabía que si me lo decían automáticamente tenía que sonreir.
Empecé a tomar como normal también, escuchar hablar a mujeres grandes, a adolescentes de dietas, de “esos kilitos de más”, de liposucciones, de cirugías estéticas e implantes. Pero ¿era eso normal? O mejor… ¿era sano?. ¿No forma parte de un desorden? ¿Cuál es límite entre querer cuidarse, como decimos todas, o estar obsesionadas, por lo que comemos?. No se vomita, no se deja de comer, pero se vive haciendo extraños equilibrios entre lo que ingerimos hoy y lo que ingeriremos mañana… para compensar, claro tooodo lo que comimos hoy. Se vive en un constante subibajas de culpas, en una constante insatisfacción porque siempre hay algo “que está de más” una arruga, un rollito... y la lista es infinita así como mujeres.
¿Es normal que tengamos que matarnos de hambre o someternos a una operación para sentirnos mejor con nosotras mismas? ¿Qué está pasando que para sentirnos bien necesitamos una y otra vez reafirmarnos delante del espejo?. ¿No será hora de analizar qué estamos proyectando en esa superficie? ¿Qué miedos? ¿Qué angustias? ¿Qué inseguridades? ¿No será hora de hacerles frente? ¿No será hora de relegar los espejos para empezar a buscarnos aca adentro? ¿No será verdad que los espejos nos están robando el alma?
Verónica

martes, 9 de septiembre de 2008

Princesas de la Muerte

Estuve leyendo algunos de los blogs de las “princesas” como se hacen llamar, son chicas que defienden la anorexia y bulimia como forma de vida. Ellas piden ser respetadas en su elección, yo las respeto, pero quiero enfatizar nuestro desacuerdo. Nuestro blog es PRO VIDA. En nuestro mundo no todos creemos que las personas valemos por el peso de la balanza como si fuéramos un pedazo de pollo que se vende en el mercado.

Estas princesas no quieren estar flacas para verse mejor, lo que quieren es desaparecer porque no se soportan, no se aceptan ni se quieren y creen que adelgazando va a ser diferente. Leo sus blogs y solo hablan de comida, dietas, miedo y soledad,
Yo también fui una princesa de la muerte, yo también prefería morirme a engordar un gramo y mi vida era un eterno estar bien y otra vez estar mal, por eso entiendo lo que sienten, pero no acepto que lo disfracen de modo de vivir cuando es enfermedad.
Ana y Mia (como llaman cariñosamente a la anorexia y bulimia) son enfermedades psiquiátricas.
Hay cura para ellas.
Hay otra forma de vivir. Existe la paz.

Vanessa

jueves, 4 de septiembre de 2008

"Creíamos que era cosa de mujeres"

El domingo 31-08-08 en la tapa de Clarín salió una nota sobre 3 adolescentes que sufren de bulimia o anorexia y tuvieron que internarse en Aluba para recuperarse.


Abajo les transcribimos la nota. Es para estar atentos. No sólo ocurre con las mujeres, nadie está exento de la presión que vivimos en cuanto a nuestra imagen, aunque no podemos cargarle toda la responsabilidad a la sociedad...



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Te ves en tu fotolog, te empezás a filmar y a comparar con el cuerpo de otros. Entonces, "querés ser el más tagged, el más famoso" y te vas alejando de toda la gente que de verdad te quiere", cuenta Darío, que vive en Castelar, tiene 18 años y se autodefine como "flogger". La imagen de su cuerpo en el fotolog en Internet lo llevó a preocuparse. Hace 6 meses, sólo se alimentaba con manzanas y agua. Hasta que sus padres decidieron consultar en ALUBA y hoy se está recuperando de la anorexia, con el acompañamiento de otros adolescentes que también sufren el problema.



Otro integrante del grupo es Emanuel, de 13, "flogger". Tomó conciencia de su anorexia cuando hace un mes se desmayó súbitamente en su casa. "Estaba obsesionado. Iba al gimnasio seis días por semana y hacía una rutina que sólo se podía hacer tres veces por semana. Pero me seguía viendo gordo, a pesar de que la balanza me decía otra cosa".



Santiago, de 17 años, tuvo que suspender la secundaria hasta que se recupere de la bulimia. "Me daba atracones, y les mentía a mis padres. Me costó reconocer que estaba enfermo. Me daba vergüenza aceptarlo porque creía que era cosa de mujeres, todos acá creíamos eso... Desde que empecé el tratamiento, me encontré con otros chicos que están en la misma".



Los tres coinciden en sus consejos para padres: "Que hablen durante las comidas con los hijos y que no los sobreexijan. A los adolescentes nos importa que nos pregunten cómo estamos".


para ver la nota original: http://www.clarin.com/diario/2008/08/31/sociedad/s-01749888.htm

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Modelos distorsionados de belleza


Un centro de estética que te propone ser bella como esa imagen, así como tantas otras publicidades que se ven por la calle, está marcando un modelo a seguir distorsionado, con cuerpos muy por debajo del peso normal.
Esto tampoco ayuda a que una se sienta a gusto con su propia imagen.

Pía

martes, 2 de septiembre de 2008

La enfermedad como camino

La anorexia y bulimia son enfermedades. Parece obvio lo que digo, “todo el mundo lo sabe” pero cuesta asumirlo. Cuando nos rompemos una pierna vamos directo al traumatólogo sin dudar, cuando nos salen hongos en la piel vamos al dermatólogo, no hay mayores rodeos para las enfermedades del cuerpo, son más fáciles de asumir que las de la mente, supongo que es porque se ven, pero también porque creemos que no tenemos responsabilidad directa en ellas, simplemente nos pasan. Las teorías actuales de la medicina y psicología dicen que toda enfermedad, hasta un resfriado, expresa un estado psicológico y nos transmite un mensaje del ámbito espiritual, “lo que es adentro es afuera”. Por fin la ciencia admite que no hay casualidades. Hay un libro interesantísimo de los doctores alemanes Thorwald Dethlefsen y Rudiger Dahlke que trata este tema “La enfermedad como camino” un método para el descubrimiento profundo de las enfermedades. Allí dedican un capítulo a la anorexia y bulimia, y explica cómo funciona el antiguo conflicto materia y espíritu en la psicología de los enfermos. Los anoréxicos aspiramos a la espiritualidad total, negando el mundo material, queremos ser puros, etéreos, asexuados, aspiramos a la desintegración del cuerpo creyendo que es el camino de la salvación y libertad pero la verdad es que, inconscientemente, nos da pánico desenvolvernos en el mundo concreto, no nos sentimos capaces aunque lo deseamos más que a otra cosa. Los bulímicos, dice el libro, viven la dualidad materia-espíritu de otra manera, sus experiencias de vida no los llenan, sienten un gran vacío espiritual que lo llenan con comida, “buscan amor, afirmación y recompensa pero lamentablemente en el plano equivocado” (La enfermedad como camino cap.XIII, pág. 279).
Asumir una enfermedad psicológica como los trastornos de alimentación, no es sencillo, primero porque es difícil detectarlos, se manifiestan de a poco y disfrazados de racionalidad y segundo porque nos da vergüenza tenerlos, como si enfermarnos de anorexia o bulimia nos desacreditara como personas. NO ES ASÍ.
Además asumir la enfermedad pone a la familia en un lugar incómodo, se sienten responsables y queda en evidencia que hay algo funcionando mal dentro del núcleo familiar. Por eso a la familia también les cuesta aceptar la enfermedad de alguno de sus miembros, no es falta de amor, es miedo a destapar lo que han enterrado.
Tener anorexia o bulimia es una llamada de alerta de nuestro ser interno que nos indica que estamos andando por la ruta equivocada, con pensamientos destructivos e incompatibles con la vida. Cada persona tiene su propia llamada de alerta. Hay que bucear en nuestro interior para encontrar el camino de regreso. Tener anorexia o bulimia nos marca una misión: descubrirnos……… o morir.
Digo morir porque la enfermedad es mortal, el 20% de los pacientes mueren y si tienen la suerte de no morir pero siguen enfermos, sus vidas son terribles infiernos. Al principio todo transcurre con aparente normalidad, se tiene una pareja, un trabajo, hijos, amigos, pero como toda enfermedad, si no se trata, va empeorando y la intimidad se vuelve cada vez más irrespirable, agresiva, confusa, falsa, desesperada, el destino es perderlo todo, pero incluso en ese momento, también hay oportunidad de retomar las cosas y empezar el camino de nuestra curación. LO ÚNICO IRREPARABLE ES LA MUERTE.
Hay personas que se dan cuenta a tiempo y piden ayuda psicológica, además si viven en un entorno contenedor y medianamente estable, es muy probable que puedan salir adelante pronto y que les baste una terapia para profundizar en sus conflictos y asumirlos. Pero algunos, como yo, que creímos que podíamos solos y dejamos pasar el tiempo, o que ya teníamos la enfermedad muy instalada, necesitamos una terapia grupal, por lo menos yo creo que si pude curarme fue porque tuve un grupo de gente que sufría lo mismo que yo, que no me dejaba mentirme, que me señalaban lo que yo no quería ver y era obvio, que me abrazaban cuando rompía en llanto y me daban fuerzas para seguir cuando quería abandonar. El grupo no solo me dio cosas sino que me pedía también solidaridad y poder ayudar a otros, poder salirte de tu rollo para ponerte en el lugar de otro, poder ver reflejado en otras personas tus mismos temores, te hace sentir útil, mejor, acompañado, te da esperanza.
Para mí la mejor manera de rehabilitarnos de estas enfermedades es la que combina un equipo de especialistas médicos (psicólogo, psiquiatra, clínico) y un grupo de autoayuda.
No hay un solo significado para la palabra enfermedad pero de manera general se define como “cualquier trastorno del cuerpo y/o la mente que altera las funciones normales de la persona y que puede causar gran malestar y sufrimiento”.
Yo encontré otra definición más acorde a lo que la anorexia y luego bulimia significó para mí: «La enfermedad es el lugar donde se aprende». Blaise Pascal (filósofo francés).


Vanessa

frente al espejo


fotografía: verónica somló